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RADIOFRECUENCIA FRACCIONADA Y JATO DE PLASMA

La RADIO FRECUENCIA FRACCIONADA es una tecnología por medio de la cual podemos entregar una energía térmica a la dermis a diferentes profundidades a través de micro agujas. Logrando hacer una estimulación de los fibroblastos y una reparación de los tejidos tratados. Está indicado para el tratamiento de cicatrices,
estrías, rejuvenecimiento facial, blefaroplastia no quirúrgica y flacidez. El JATO DE PLASMA es una tecnología de emisión de un arco voltaico, con frecuencias bajas y controladas permitiendo ajuste de intensidad de energía, siendo su aplicación de forma puntual. Estimula la formación de nuevo colágeno y elastina
En el caso de Blefaroplastia Se utiliza para tratar la piel sobrante del párpado superior consiguiendo así un aspecto más juvenil, al mejorar la apariencia de los párpados caídos. Es un método no ablativo, rápido y eficaz.
Con el tratamiento se consigue una retracción de la piel sobrante, con lo que se
logra “abrir la mirada”, resultando en un aspecto más juvenil, al mejorar la apariencia de los párpados

Preguntas frecuentes

¿Qué riesgos tiene el procedimiento?

El tratamiento se realiza con anestesia local, no se realizan incisiones, es un método no ablativo, rápido y eficaz. El riesgo de infecciones, cicatrices. es muy bajo, por lo que es un método seguro con los cuidados adecuados.

¿Puedo repetir el procedimiento para conseguir mayor efecto?

Puede realizarse una segunda sesión al primer o segundo mese para mejorar el efecto conseguido, previa valoración por el médico.

¿Es una alternativa a la cirugía?

Este tratamiento no supone una alternativa a la cirugía, pero se consiguen buenos resultados en casos leves o moderados. Si la cantidad de piel que debe retraerse es considerable, el método más efectivo es la cirugía. Este tratamiento no puede ser realizado en personas con infecciones activas sobre la piel o infecciones sistemas, con inmunosupresión, enfermedades sistémicas autoinmunes, mujeres embarazas o en periodo de lactancia, pacientes que refieran trastornos de coagulación, como trombocitopenia o tomen anticoagulantes, así como tampoco en personas que tengan cáncer.